La brama se armaba pasada las 22 hs en forma tibia e intermitente hasta las 7:30 am aproximadamente, hora en la que se cortaba de golpe y mas de una vez con el bicho arrimado a escasos metros.
Salimos la primer madrugada tipo 4 am, en compañía de Aldo, guía y amigo, hacia un campo abierto, muy tupido y espeso que sumado a la arenilla del piso desmoralizaba a mas de uno, caminamos desde las 5 am hasta las 7:30 donde logramos arrimar a un rojo, que bramaba de lo lindo a escasos metros, pero sin poder verlo por la espesura que nos separaba, de repente somos vistos por unas hembras que alertaron al guampudo y fin de la intentona.
Veo saltar entre los chaparrales a un 10/11 puntas muy lindo para la zona...
La segunda jornada nos encontró en el mismo campo, pero en el fondo porque los bichos se habían movido, una noche increíble, oscura pero repleta de estrellas y constelaciones que alumbraban nuestro paso entre los caminitos de vacas en el monte. Se escuchaba bramar a 3 colorados muy lejos, así que tomamos una picada y fuimos en busca del visto la mañana anterior.
El arrime fue perfecto, vencimos al viento, rodeamos al animal y nos pusimos de frente, arrodillados en un claro mientras el ciervo bramaba, rugía a escasos metros sin poder divisarlo.
Esos minutos fueron maravillosos, estar ahí, en plena brama, sintiendo los pasos del animal que prácticamente nos aturdía cada vez que gritaba, pero no se le pudo tirar... La suerte nos jugo en contra y otra vez una hembra dispara hacia nuestra derecha y el macho sale atrás de ella como arriandola hacia el resto de la manada... Si hubiera salido a la izquierda, seguro lo ponía contra el piso.
Inmediatamente se corta la brama y otra vez a caminar sin gloria hasta la camioneta, ese arrime nos llevo unos 15 km entre idas y vueltas...
Estaba contento, porque estaba en un lugar muy lindo y los ciervos bramaban, cortado, pero bramaban..
Esa tarde, de porfiados, caminamos 8 km sin escuchar un solo rezongo.
Tercer y ultima jornada, Aldo me dice que tenemos que ir por el colorado visto el primer día, que era bueno y veterano, así que me encomendé a San Huberto, y otra vez en el campo de casi 12 mil hs a las 5:30 am para dirigirnos hacia donde bramaba el buchito. El arrime fue difícil ya que el viento giraba constantemente, y la brama del rojo era muy cortada, cada 15/20 min se lo escuchaba, sumado a que una vez cerca del mismo, camina junto a su aren unos 1500 mts entre el monte.
Ya era de día y sabia que tal vez sea mi última oportunidad de cazar, puesto que el pronóstico del tiempo auguraba fuertes lluvias para la tarde y otro día, cosa que sucedió.
Lo cierto es que siendo las 7:30, al limite del corte de la brama nos encontrábamos a escasos 40 mts del animal, escuchando como rompía ramas al pasar, pero sin poderlo divisar, solo siluetas de hembras que iban y venían.
En eso Aldo me dice, atento atento!!! que va a pasar por ese claritito a tu derecha ( era un hueco de unos 4 mts que quedaba entre dos arbustos a unos 50 mts) ... Con el corazón en la boca alzo el 338 wm y enfoco hacia el sector, tratando de distinguir el macho entre las hembras y varetos que pasaban al trote, cuando escucho... Tirale!! Tirale!!! E inmediatamente un insulto de calentura "sos un pelo#!@ loco" , sinceramente no entendía nada, resulta que el colorado apareció por otro lugar al indicado por el guía, y como le dije... No tengo ojos en la nuca!!! Estoy barriendo un sector con un ojo puesto en la mira y el otro en el entorno, re contra cerrado, no pude verlo lpm!!!
Les juro que sentía una desazón terrible, después de tanto esfuerzo, mas de 50 kmt caminados en 3 jornadas, para no ver al ansiado animal...
Sentía una opresión grande en mi garganta, mientras recibía las disculpas de mi coequiper por el insulto lanzado... Ya esta pensé!!
Descargo el arma, pongo el protector a la mira y nos disponemos a volver a paso cansino, conversando sobre bueyes perdidos, sin medir el tono de voz, cuando de repente escuchamos un ronquido!!!! En un segundo cargo y quito el protector de la mira y le pido al guia que cierre la boca... Miro y re contra miro sintiendo solo el tambor de mi corazón retumbar en mi cabeza... Adrenalina a full... y veo de derecha a izquierda a unos 60 metros entre la espesura a un macho lindo, el mismo de la primer jornada, correteando una hembrita... Era MI oportunidad!!!
El lance era sinceramente difícil, a la carrera y solamente viendo el cogote y la cabeza, a mano alzada...
Pongo el retículo sobre la base del cogote, respiro profundo y salen los 225 gn hacia el mismo lugar desconectando en el acto a mi ciervo.!!
Hermoso tiro y una alegría inmensa!!! No lo podía creer!! Me encomendé a San Huberto y agradecí estar en ese lugar y momento.
No sera un gran trofeo, pero les juro que me pele el trasero y viví una brama inolvidable!!
Saludos.
