Etología Canina

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2. Una buena alimentación, clave para hacer feliz a tu perro
Algunos perros son capaces de comer casi cualquier cosa, pero esto no significa que sea bueno para su salud. A largo plazo, una alimentación desordenada solo le traerá enfermedades. Debido a esto, la comida de calidad es un elemento esencial para hacer feliz a un perro adulto, cachorro o senior.

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Es importante que recuerdes que el alimento, ya sea seco, húmedo o casero, debe estar adaptado a su tamaño, edad, raza y actividad física, además de tener en cuenta las posibles afecciones que pueda padecer, en caso de que las haya. De igual forma, no olvides ofrecer en todo momento un recipiente de agua fresca para que se mantenga hidratado.

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3. Juegos y diversión
¿Qué necesita un perro para ser feliz? ¡Muchos juegos! Mantener una rutina de juegos, de ser posible diaria, hará que tu perro queme toda la energía acumulada, en especial si pasa muchas horas dentro de casa, y se mantenga correctamente estimulado. Además, ¡compartirá mucho tiempo contigo!

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A la hora de los juegos, puedes dejar volar tu imaginación y adquirir diversos juguetes, teniendo en cuenta el tamaño (para que no sean ingeridos) y el material (para evitar que se lastime). Así mismo, ten presente que los juegos de inteligencia son altamente recomendados para mantener estimulada su mente, puesto que el objetivo de jugar no es solo hacer que el animal queme energía.

En el siguiente vídeo hablamos de la importancia de los juegos y mostramos algunos muy sencillos que puedes hacer en casa.

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4. Ejercicio, imprescindible para tener un perro feliz
Además de los juegos, es importante que le ofrezcas a tu perro actividad física fuera de casa, ¡este es un elemento importante para hacerlo feliz! Paseos, visitas a parques donde pueda olisquear cosas nuevas y enfrentar retos que estimulen su inteligencia, son una manera de darle diversión y enriquecer su vida.

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Los perros son animales sociables por naturaleza, curiosos y activos, por lo que necesitan correr, relacionarse con otros canes y conocer entornos nuevos. En este sentido, una buena socialización es fundamental para que aprenda a comunicarse adecuadamente con sus congéneres, otros animales y personas.

En las salidas, recuerda llevar su correa y un collar con tu nombre y datos de contacto. De igual forma, verifica que la zona sea segura y no permitas que tu perro se aleje, de lo contrario, podría perderse.

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5. Cariño, atención y comunicación, la base de la felicidad
Los mimos y las caricias son demostraciones de afecto muy importantes, tanto para el ser humano como para los animales, y los perros no son una excepción. Demostrarle cariño a tu perro hará que mejore tu relación con él, estrechará los vínculos.

Demostrar cariño no implica solo mimos y juegos, también prestar atención a sus necesidades, atender sus dolencias y hacer todo lo posible por entenderlo.

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6. Atención veterinaria
Es muy importante garantizar la salud de tu perro ofreciéndole una buena medicina preventiva, y qué mejor forma de hacerlo que programar visitas frecuentes al veterinario. Lo ideal es que el profesional realice un chequeo general del animal para encontrar o evitar cualquier afección o anomalía, además de aplicarle las vacunas necesarias y desparasitarlo cuando considere más oportuno. Además, estas visitas también te pueden ayudar a determinar las mejores prácticas de higiene y cuidados para él.

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7. Educación en positivo
La educación es esencial para una convivencia armoniosa en el hogar. Un perro malcriado y acostumbrado a hacer todo lo que quiere jamás será feliz, pues constantemente chocará con la rutina del hogar y se crearán tensiones a su alrededor. ¡No te preocupes! Ya sea adulto o cachorro, tu perro es capaz de aprender, solo necesitas paciencia, tiempo y amor.

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La educación canina debe incluir no solo trucos para que ambos se diviertan, sino también las normas básicas que deberá seguir el perro en el hogar, como qué lugares de la casa le están permitidos y qué no. Además, esta educación también debe enfocarse a establecer horarios de comidas, paseos, juegos, lugares de reposo y alimentación, adaptación a las rutinas del hogar, entre otros aspectos.

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Al margen de lo anterior, para hacer a tu perro feliz y conseguir que te adore, es imprescindible seguir técnicas basadas en el refuerzo positivo. El adiestramiento basado en el castigo solo incrementa el malestar del animal, desarrolla estrés, ansiedad, miedo y frustración, lo que puede reaccionar una actitud agresiva. Mediante el refuerzo positivo el animal es capaz de comprender mucho mejor lo que se espera de él, de mantenerse motivado y de tener ganas de seguir aprendiendo. Premios, caricias y palabras de ánimo son algunas de las mejores técnicas. En el siguiente vídeo te contamos todos los detalles.

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¿Cómo hacer feliz a un perro anciano?
Los consejos mencionados anteriormente son aplicables a todos los caninos sin distinción de edad, pero existen algunas elementos adicionales que te pueden ayudar a hacer feliz a un perro viejo.

Respeto
Superada la edad adulta, puede que algunos juegos o actividades ya no sean del agrado de tu perro, o que desee realizarlos por menos tiempo. Es importante respetar lo que siente tu perro y permitir que, en lugar de jugar, permanezca echado o duerma si así lo desea.

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Paseos más largos
Algunos perros adultos y ancianos pueden necesitar paseos más prolongados, ya que deben mantenerse en forma y cuidar su salud física y mental. Esto, obviamente, dependerá de las condiciones en las que se encuentre tu can y en la temperatura de la estación en la que te encuentres.

Prueba a dar varias vueltas en el parque o a la playa, son buenos momentos para jugar con tu perro y ejercitarlo mientras disfruta del paseo.

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Entiende lo que quiere decir
Los perros se comunican con el ser humano de diversas formas, sin embargo, muchas veces es difícil entender lo que quieren decir. Para ello, es importante que sepas descifrar lo que significan las distintas maneras de mover su cola, sus orejas y hasta sus patas. De esta manera, tú y tu perro lograréis una mejor comunicación y podrás hacerlo muy feliz.

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Consejos sobre cómo integrar bebés, niños y perros



03 Noviembre 2019


Cuidados necesarios para garantizar la tranquilidad en el hogar cuando llegan los bebés a la vida de los perros.



Los perros brindan excelentes experiencias para los niños, desarrollando sus habilidades sociales y ayudándolos a aprender cómo lidiar con sus emociones.

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Es sabido que la convivencia con perros mejora varios aspectos de la salud. Pero además es importante saber que las mascotas pueden ayudar a mejorar la salud y protección de bebés y niños, creando beneficios que los acompañarán toda la vida. El contacto saludable con animales desde temprana edad hace que el sistema inmunológico de los niños se fortalezca y esté menos expuesto a condiciones como alergias crónicas o hasta incluso asma.

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Además, los perros brindan excelentes experiencias para los niños, desarrollando sus habilidades sociales y ayudándolos a aprender cómo lidiar con sus emociones. Para que todo esto ocurra, los adultos deben saber cómo integrar bebés y perros para que se lleven bien desde el comienzo.

La veterinaria Alessandra Amieiro, de DogHero, la comunidad que conecta a los dueños de mascotas con anfitriones que hospedan los perros, brinda algunos cuidados necesarios para garantizar la tranquilidad en el hogar cuando llegan los bebés a la vida de los perros.

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Un nuevo perro
Al pensar en comprar o adoptar un perrito para la familia, siempre se debe considerar ciertos puntos: la edad de los niños, la salud, su sentido de responsabilidad, la rutina de la familia entera y los gastos que implica criar una mascota.

Si la familia aún no tiene un perro es recomendable que el niño ya domine su coordinación motora y también tenga un buen grado de entendimiento para saber que el perro es parte de la familia y debe ser tratado con respeto. Esto suele ocurrir entre los cuatro y cinco años de edad y es fundamental para que la relación entre ellos sea buena. Si el perro no se siente seguro cerca de un niño, puede tener reacciones defensivas.

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Pero también puede suceder lo opuesto: los niños pueden sentirse frustrados y molestos si el perro no les hace caso o si muerde algo de ellos, por eso pueden intentar golpearlo. Es por esto que es importante que estén en una edad en la que ya entiendan que otros seres vivos también sienten y que no deben bajo ninguna circunstancia ser maltratados.

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Sobre la salud de los pequeños, como ya fue mencionado, la convivencia con perros puede prevenir y mejorar alergias y asma. Un estudio realizado por la Universidad de San Pablo encontró menor incidencia de rinitis alérgica, resfriados, dolores de cabeza y dermatitis en niños con animales. El único motivo de salud para no tener un perro sería si el niño tiene alergia específicamente al pelo del perro. En este caso siempre es bueno consultar a un médico.

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La participación de los hijos en el cuidado del perro también debe ser pensada. Los niños solo pueden realizar actividades como pasear, dar comida y ayudar en la limpieza del animal después de los 8 años de edad. Incluso con la ayuda de los niños, es responsabilidad del adulto garantizar que todo sea hecho de la forma correcta.

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Otro punto a tener en cuenta es el bienestar del animalito que está por llegar. ¿Tendrá una compañía o estará solo la mayor parte del día en la casa? ¿Su familia tiene tiempo dentro de su rutina para jugar con él y darle toda la atención necesaria? ¿Están preparados para todos los gastos que esto implica (comida, vacunas, veterinario, peluquería y baño, hospedajes durante los viajes de los dueños, etc)? ¿Los niños están listos para convivir y amar a otro ser vivo que demanda tanta atención y compañía?

Tener un perro en casa significa estar comprometido a darle todo lo que él necesita para tener una vida plena, feliz y saludable. Su presencia reduce los niveles de estrés, y aumenta la alegría. Además que los niños ganan un nuevo amigo incondicional.

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Un nuevo niño
Cuando llega un niño a la familia, lo mejor es comenzar a hacer los arreglos para que el perro acepte bien la llegada del bebé y se conviertan en mejores amigos. La clave para que todo funcione está en hacer los cambios poco a poco.

El perro no puede asociar al bebé a cosas negativas. Por ejemplo: si luego de la llegada del bebé, la mascota no podrá circular por los mismos espacios por los que está acostumbrado, se recomienda comenzar a limitar el acceso poco a poco y solo permitir que entre bajo la supervisión del humano. De esta forma el perro se acostumbrará mejor al cambio de rutinas, y así no va a pensar que todo cambió por el bebé.

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A medida que se vaya armando el cuarto del bebé, es bueno dejar que el perrito huela y conozca el ambiente (siempre bajo supervisión). Los perros se acostumbran a sentir que hay algo diferente en su dueña, por eso se aconseja dejar que se acerque a la panza y la huela. Otra propuesta puede ser cambiar poco a poco los horarios de comida y de paseos, en base a los que realmente se puedan mantener luego de que nazca el bebé. Seguir siendo cariñoso con el perrito, permitirá que no se de cuenta que estos cambios no significan que él no será más amado.